“Sin pensarlo, M.A.”
Ramón Yarritu manda a una muerte segura al mutante gigantón M.A. (B.A. Baracus es M.A. en la versión española del “The A Team”) en “Acción Mutante” (Álex De La Iglesia, 1992)
Abril de 2009.
Llevábamos dos años sin filmar un largometraje. No es que en este periodo hubiéramos permanecido inactivos. Realizamos una docena de videoclips, un puñado de cortometrajes, la campaña promocional de un largo, el capitulo piloto de una serie, una temporada de otra serie documental… Sin contar la media docena de eventos multimedia organizados y el incesante trabajo cotidiano de lograr editar nuestras películas, para que encontrasen un público (¿para eso las habíamos hecho, no?). Teníamos cinco guiones nuevos de largometraje y habíamos llevado hasta el final la filosofía de Jack Black de “meter un dedo en cada pastel” para lograr realizarlos. Y después de todo este tiempo todo continuaba en veremos, en progreso, en remojo, en “a ver que dice el INCAA” o en “busquemos otros inversionistas”. La perspectiva de terminar otro año en seco nos tenía locos a todos.
Decidimos entonces realizar una reunión de emergencia. Allí estábamos Catalina Oliva, Hernán Moyano, Adrián García Bogliano, un servidor y la pequeña Asia como testigo balbuceante, decididos a salir del apartamento de Hernán con un argumento que pudiera realizarse (y especialmente financiarse) con absoluta inmediatez. Nuestras reuniones de “brainstorm” de los meses anteriores habían fallado espectacularmente en el objetivo de plantear una película de realización instantánea. Los motivos eran variados, aunque siempre estaba el presupuesto de por medio, y esos proyectos habían sido pasados al congelador: “Sudor Frío”, una “comedia romántica explosiva” repleta de suspense y truculencia y; “El Día De La Virgen” -mediometraje para el largo de episodios “Pulsión”- un descerebrado, salvaje, sexual y purulento homenaje a Stuart Gordon, Frank Hennenlotter y David Cronenberg. Con estos dos recientes proyectos congelados y sin microondas a mano, nuestro sentimiento era que acertábamos ahora o estábamos fritos.
Se sucedieron las propuestas -ante la atenta mirada de Catalina que hacía de referí para que no prosperasen los delirios irrealizables con un presupuesto acotado- y fueron siendo tumbadas, evaluadas y descartadas por cuestiones presupuestarias o por escasez de interés. Después de un rato, prendió una premisa vaga que tiré y comenzamos a enriquecerla. Acabo la reunión con un sentimiento de alivio, por tener un argumento con una cantidad de locaciones, efectos y actores acotados, además de considerar excitante la premisa. Sólo hicieron falta un par de reuniones entre Adrián y yo para cerrar la escaleta y éste se encerró en su bunker decidido a no salir hasta tener la primera versión.
Un par de semanas más tarde los mismos protagonistas, pero en esta ocasión en casa, nos reunimos a realizar la lectura del primer manuscrito. No puedo describir la emoción que sentimos a medida que íbamos leyendo y comentando cada pagina, sentir la certeza de que ésta iba a ser nuestra nueva película y comprobar que Adrián rara vez ejecuta guiones que (aunque matizables y corregibles) no estén listos para ser rodados.
Parte de esa emoción se debía también a que este nuevo guión muestra -de manera deforme, sórdida y brutal- parte de nuestras experiencias en el medio e ironiza sobre el “mundo del cine” que nos ha tocado vivir. Por otro lado y de manera no totalmente consciente, el proyecto nos desafiaba a salir de lo que Quentin Tarantino llama “zona de confort”, es decir: elencos mayoritariamente femeninos y premisas de “grupo de mujeres en peligro”. Para terminar de cerrar la idea, comprobamos que las siglas del titulo que habíamos elegido de antemano daban “M.E.N.”. Tan lógico que daba miedo. Finalmente se nos presentaba la oportunidad de realizar una película masculina y claustrofóbica, en la línea de obras maestras de consulta permanente para nosotros como “12 Angry Men”, “Rope”, “Das Boot”, “Reservoir Dogs”, “The Thing” o “Glengarry Glen Ross”… sin perder de vista la violencia “over the top”, el erotismo enfermo y la necesaria dosis de mala onda para salpimentarlo todo. Adrián, Asia, Catalina, Hernán y Ramiro en la primera lectura de guión. (Abril 2009)
Salimos de la lectura con el empujón supremo: Adrián presto a tocar inmediatamente a su potencial inversionista; Hernán listo para tantear a nuestro posible padrino en equipamiento; voraces todos por entrarle a machetazos a la preproducción. Como decía el tío Kafka, habíamos alcanzado el punto sin retorno. No sospechábamos el contratiempo de proporciones mundiales que se nos venia encima. En ese momento sólo teníamos una intensa certeza que nos impulsaba:
Filma o muere.
3 comments:
Muy bueno ir repensando el proceso. Solo discrepar con la modestia de "una idea vaga" que en realidad fue bastante mas que eso.
Adrian
espero el dia para ver ese trabajo en la pantalla grande, son todos unos genios que brillan con luz propia! los quiero Paura kids!!
Bonita cronica. Impaciencia por ver como continua. Será esa amenaza la Gripe A? Serán las asociaciones feministas? una amenaza del espacio exterior?...
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